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Puerperio psicológico

Hay mucho escrito sobre el puerperio fisiológico pero, ¿y el resto de cambios, profundos, interiores y con frecuencia invisibles?

Una etapa en la que experimentamos cambios emocionales y sentimientos confusos. Un proceso que no se supera en cuarenta días sino que se prolonga durante meses.

Monique Bydlowski es una psiquiatra francesa que ha trabajado durante más de treinta años con mujeres embarazadas y puérperas. Ha acuñado el término transparencia psíquica para describir el estado que se desarrolla durante el embarazo y que permite a la mujer fantasear y recordar su propia niñez. Si su infancia fue feliz el recuerdo permite imaginar una infancia feliz para su bebé pero si la infancia fue traumática, marcada por los abusos, pueden desencadenarse angustias y depresión. Esa transparencia psíquica también puede hacer que el embarazo se convierta en una ocasión especial para afrontar y resolver aquellos conflictos consecuencia de la infancia.

  • Si os interesa profundizar más el libro La Deuda De Vida es una recopilación de los estudios de esta investigadora.

¿Quiere decir esto que toda mujer cuya infancia haya sido difícil sufrirá emocionalmente durante el embarazo e incluso padecerá una depresión? ¿Acaso todas las depresiones post parto tienes detrás un historial de abusos y traumas durante la niñez? No, obviamente, pero si se diera suficiente visibilidad, tal vez para quienes sí están en esa situación sería más sencillo afrontarla.

Ante esta falta de información generalizada sobre esta etapa muchas mujeres atribuyen sus sentimientos y pensamientos a una depresión post parto, incluso son diagnosticadas y medicadas. Pero, ¿realmente en todos los casos se trata de una depresión? Si se pudieran expresar las emociones, dejándolas fluir libremente, sin culpas ni vergüenzas, ¿no sería más eficaz, saludable y menos costoso que extender recetas de ansiolíticos y antidepresivos?

Algunos especialistas hablan de «puerperio alejado» o «puerperio psicológico», relacionado con cambios emocionales y a nivel cerebral que se extienden desde los 45 días hasta un límite impreciso y subjetivo.

Cómo he vivido mi propio proceso emocional

Mi infancia fue feliz, rodeada de amor y de respeto, crecí en un hogar seguro y estable. Aún así, he sufrido un duro proceso emocional tras el nacimiento de mi hijo que se ha prolongado más de un año.

Mi embarazo fue muy buscado y deseado, lo viví sin complicaciones, disfruté cada etapa, sentí a mi bebé como parte de mí misma, le quise desde que supe que crecía en mi interior y tuve el parto que había imaginado.

A pesar de todo el postparto fue una etapa dolorosa y confusa que no finalizó a los 40 días sino que se enrareció y agudizó.

Ahora, con perspectiva y calma he llegado a analizar y entender algunas de sus causas:

  • Expectativas. Deseaba tanto ser madre que imaginé una vida idílica y maravillosa. Entonces llegó la realidad y me di de bruces contra ella.
  • Experiencias. Todo lo vivido influye en lo que somos y en lo que hacemos, también en nuestra maternidad. Las vivencias de mis 20 años me han hecho más vulnerable ante el estrés y los cambios.
  • Soledad. La maternidad se ha convertido en un camino solitario. Leí mucho sobre ella pero no tenía referencias reales.
  • Vergüenza. Pensar que estaba harta, que no aguantaba más, que no sentía lo que se supone que debía sentir por mi hijo me avergonzaba, además de causarme dolor.
  • Miedo. Tuve mucho miedo a haberme equivocado y a no poder ser una buena madre para mi hijo. Tuve miedo a reconocer ese mismo miedo.
  • Ira. Creo que el sentimiento más frecuente durante estos meses, además de la tristeza (y el amor) ha sido la ira. Me he enfadado mucho. Conmigo misma y con el resto del mundo.
  • Las hormonas. No me olvido de ellas. Incontrolables y tan necesarias como molestas.

Han sido meses difíciles pero en los que también me he reconciliado con mis emociones y con mi maternidad.

Estoy más cerca de poner punto final a este puerperio psicológico gracias a muchas dosis de:

  • Amor. El que me invade cuando miro a mi hijo. Un sentimiento inmenso y auténtico.
  • Paciencia. Para respirar y relativizar, para no dejarme llevar por el impulso negativo y mirar más allá.
  • Perseverancia. Porque todo cambio necesita un tiempo de adaptación.
  • Compañía. No estoy sola. Tengo una familia que me quiere y una tribu de madres, algunas cercanas, otras virtuales, todas presentes.
  • Sinceridad para reconocer que no soy ni puedo ser perfecta y que como persona y como madre cometo errores. Y sinceridad para decir que hago muchas cosas bien y que merezco lo que he logrado en mi vida.

Y por encima de todo, ÉL, con su sonrisa y su mirada, capaz de recordarme lo que realmente es importante.

8 comentarios sobre “Puerperio psicológico

  1. Mil gracias por este post. Debo leerlo no sé cuantas veces. Ya me había topado con el término transparencia psíquica pero, te soy sincera, aún siento que me supera, por el impacto que tuvo sobre mi embarazo. Yo tuve una niñez difícil y se reflejó en embarazo y post parto, sobre todo. Gracias por las referencias qué haces, las voy a revisar todas y prometo post sobre el tema, es una deuda que tengo conmigo misma. A ver si no me sale un libro. Muchas gracias!! Un abrazo 🤗

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  2. El puerperio es un momento difícil. Yo reconozco que lo he tenido muy fácil porque he tenido mucha ayuda y además bebé pingüino sólo dormía y comía, era un bebé genial. Pero qué duda cabe que es un periodo de grandes cambios!

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